PRINCIPE HECHICERO DEL CRISTAL

ELFA DE LOS BOSQUES


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domingo, 18 de noviembre de 2007

Historia de los Elfos






















Se dice que los elfos siempre andan en medio de una luz que es como el resplandor de la luna cuando está justo debajo del horizonte. Sus cabellos son como hilos de oro o de plata, o de azabache pulido, y la luz de las estrellas brilla a su alrededor, en el pelo, en los ojos, en sus sedosas vestimentas o en sus manos enjoyadas. Siempre hay luz en un rostro élfico, y el sonido de sus voces es variado, hermoso y sutil como el del agua. De todas las artes, son maestros en el habla, la canción y la poesía. Los elfos fueron los primeros que hablaron en la Tierra y nadie antes que ellos cantó. Y por eso se llamaban a sí mismos, muy apropiadamente, los quendi, los «parlantes», porque enseñaron a hablar a todas las razas de la Tierra. En la Primera Edad de las Estrellas, tras la caída de Utumno y la derrota de Melkor, el Enemigo Oscuro, los Valar llamaron a los elfos para que fueran a las Tierras Imperecederas en el oeste. Esto ocurrió antes de que surgieran el Sol y la Luna, cuando la Tierra Media sólo estaba iluminada por las estrellas y los Valar querían proteger a los elfos de las tinieblas y del mal acechante que Melkor había dejado tras de sí. Y así, en las Tierras Imperecederas que se encuentran más allá de los mares occidentales, los Valar prepararon un lugar llamado Eldamar, que significa «hogar de los elfos», donde se había predicho que con el tiempo los elfos edificarían ciudades con cúpulas de plata, calles de oro y escaleras de cristal. De esta manera los elfos se dividieron por primera vez, porque no todos los pueblos élficos querían abandonar la Tierra Media y entrar en la Luz Eterna de las Tierras Imperecederas. Atendiendo a las invitaciones de los Valar, un gran número de elfos marchó al oeste, y éstos fueron los eldar, el «pueblo de las estrellas», pero otros se quedaron por su amor a la luz de las estrellas y se llamaron los avari, los «renuentes». Aunque eran diestros en las vías de la naturaleza y, como toda su raza, inmortales, eran un pueblo menor. Casi todos se quedaron en las regiones orientales donde el poder de Melkor era más intenso, y por eso menguaron. Los eldar fueron llamados también el Pueblo del Gran Viaje porque viajaron hacia el oeste a través de las regiones sin caminos de la Tierra Media, hacia el Gran Mar, durante muchos años. De este pueblo élfico existían tres linajes, gobernados por tres reyes. El primer linaje era el de los vanyar, y su rey era Ingwë; el segundo era el de los noldor, y Finwë era su señor, y el tercero era el de los teleri, quienes eran gobernados por Elwë Singollo. Los vanyar y noldor alcanzaron el Belegaer, el Mar del Oeste, mucho antes que los teleri, y Ulmo, Señor de las Aguas, fue a su encuentro y los colocó sobre una isla que era como una inmensa nave. Llevó entonces a los dos linajes a través del mar a las Tierras Imperecederas, a Eldamar, el lugar que los Valar tenían dispuesto para ellos. El destino de los teleri fue diferente que el de sus parientes y se separaron en varias razas. Debido a que eran los más numerosos, el viaje de los teleri fue el más lento. Muchos se volvieron atrás, y entre ellos se contaron los nandor, los laiquendi, los sindar y los falathrim. Elwë, el Gran Rey, se perdió y permaneció en la Tierra Media. Sin embargo, la mayor parte de los teleri siguió avanzando hacia el oeste, y nombraron rey a Olwë, hermano de Elwë, y llegaron al Gran Mar. Allí los esperaba Ulmo, quien por fin los llevó a Eldamar.En Eldamar, los vanyar y los noldor construyeron una gran ciudad que se llamó Tirion, sobre la colina de Túna, mientras que, en la costa, los teleri edificaron el Puerto de los Cisnes, que en su idioma era Alqualondë. Estas ciudades de los elfos fueron las más hermosas del mundo. En la Tierra Media, los sindar (a quienes se llamó elfos grises) se hicieron más poderosos que el resto de los elfos de las tierras mortales, gracias a las enseñanzas y a la luz de Melian la Maia. En el bosque de Doriath se fundó un reino encantado de gran poder. Con la ayuda de los enanos de las Montañas Azules, los sindar edificaron Menegroth, llamada las Mil Cavernas, por estar construida bajo una montaña. Pero era como un bosque lleno de linternas doradas, por cuyos pasillos podía oírse el canto de los pájaros y el fluir del agua en fuentes de plata.

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